Dicen por ahí que los homenajes deben de hacerse en vida y así debe de ser, más aún cuando los homenajeados se lo merecen.

Todos aquellos que hemos tenido la oportunidad de conocer a Angelito, sabemos que estamos ante un gran atleta, de esos con corazón fuerte y con condiciones atléticas para muchos envidiable. Pero eso no es lo mas destacable en Ángel. Lo conozco hace veinte años, lo miraba desde lejos cuando empecé a correr, por allá en el año 89. De a poco comenzamos a conocernos, todavía guardo un recorte de prensa donde veníamos en punta con Angelito, en una competencia que se corrió por la rambla junto a Washington Rodríguez, otro grande de la época.

Los años pasan, nuestras piernas pierden masa muscular, nuestro cuerpo ya no responde de la misma manera con 20 que con 50, pero el corazón es el mismo. Las personas de bien conservan su corazón y sus sentimientos, aunque nuestro resultado deportivo no sea el mismo.

Angelito cuenta con un curriculum envidiable en sus corridas, ya sea en calle como en pista. Pero vuelvo a repetir, todos aquellos que lo conocen personalmente saben que lo mas envidiable en él, es como se maneja en su vida, siendo un cosechador de compañeros y de amigos, dando muchas veces lo que no tiene para hacer sentir bien a los demás. Gracias Ángel por todo los momentos lindos que hemos vivido, seguramente el domingo va a ser un día muy especial para ti, por ahí dicen que el sol no va a alumbrar, pero con tu sola presencia vas a iluminar a todos los presentes.

Felicitaciones a los que decidieron homenajear el domingo 16 con la etapa del cerro de la Agrupación de Atletas del Uruguay, llevando el nombre de Angel Leyton.

MR.